Y allí estabas tú, fuente de mis remedios, Haciéndote el más temible de mis recuerdos. Hoy, solo queda la nostalgia De aquellas tardes, de ese cielo y de aquel mar mediterráneo; de aquellas cosas tan vuestras, tan nuestras, esas que me has obsequiado mi noble, digno y servil, Gitano
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